Mentalidad de propietario vs mentalidad de inquilino
Me ha gustado mucho un concepto que hace poco le escuché a Matthew McConaughey (el actor) sobre la mentalidad correcta para enfrentar los distintos desafíos de la vida.
Él habla de dos mentalidades opuestas: la mentalidad de propietario y la mentalidad de inquilino.
El propietario tiene un compromiso personal. Se ha hecho de un proyecto o un inmueble y le ha invertido tiempo, dinero y esfuerzo. No se plantea abandonar, no tiene un plan B, necesita hacer lo mejor posible porque una parte de su patrimonio está en juego. El propietario decora, hace remodelaciones, contrata pintores y mejora el espacio lo mejor que puede.
El inquilino tiene un contrato temporal. Es un ave de paso. No mejora, ni decora, y en muchos casos ni siquiera pone cuadros porque no siente el espacio como suyo. Sus paredes blancas son testimonio de que “nunca se sabe” cuando deberá partir, o sacarse de la manga un plan B. Ningún clavo le duele, porque no son sus paredes; como ninguna mejora lo alegra, porque su contrato podría terminar en cualquier momento.
Todo esto es obvio.
Ahora lo interesante es pensar que muchos nos aproximamos a las realidades de la vida con estas dos mentalidades.
En el matrimonio… ¿Soy propietario o inquilino?
En mi vida de fe… ¿Soy propietario o inquilino?
En la relación con mis hijos… ¿Soy propietario o inquilino?
Por ejemplo, en el trabajo:
¿El emprendedor siempre tiene mentalidad de propietario, o muchas veces tomamos decisiones con los miedos y la búsqueda de seguridad del inquilino?
¿El que es empleado trabaja siempre con mentalidad de inquilino? Y si así fuera… ¿No será esa misma mentalidad la que aplica a la hora de emprender? Si trabajó siempre como inquilino, me pregunto, ¿cómo puede repentinamente pensar como propietario?
No tengo una respuesta.
Solo me queda claro que por más cómoda que sea la mentalidad de inquilino, las cosas más valiosas de la vida se construyen con mentalidad de propietario.
Own it, don’t rent!
(Respóndeme a este correo y cuéntame qué has pensado).



Hola Mauricio la verdad se me hizo interesante el concepto de inquilino contra propietario lo único es que viéndolo de manera trascendente en esta vida somos inquilinos pero debemos de esforzarnos por ser como propietarios.
Pienso que en muchas veces la mentalidad de propietarios nos hace crear ídolos y aferrarnos a las personas a las cosas y todo es transitorio.
Sabemos que somos administradores de lo creado y que vamos a rendir cuentas de ello.
Saludos
Muy interesante el planteamiento entre propietario vs inquilino. Creo que uno en la vida, ha de recordar como nos decía santa Teresa de Ávila, que esta es una posada, es decir, estamos de paso. En ocasiones, en la vida, si nos dejamos guiar por la mentalidad de propietarios, puede acontecer que, si la Voluntad de Dios, como nos recuerda en el libro de Job, es ser purificados, si lo que el mismo DIos ha permitido que tengamos, no conviene al bien de nuestra alma, por mucha mentalidad que tengamos de ser dueños, al final, de lo único que somos dueños es de optar por Dios, porque nuestras decisiones sean en su santa Voluntad, ya que, en ocasiones, podemos hacer, pensar, proyectar y resultar que, nuestros planes eran bien diferentes a los de Él. A lo largo de mis años he aprendido que, solo Dios basta, solamente Él puede saber lo verdaderamente conveniente para llegar a la Vida Eterna, entonces, a veces, tus actitudes pueden ser de propietarios, o de inquilino, pero finalmente, esta vida es transitoria, hay que sumar riquezas para la Vida Eterna, siendo sí, instrumentos, pero no siendo apegados, porque los apegos, en ocasiones, son los que terminan dañando nuestra alma, y finalmente, creo que todos procuramos, caminar hacia la santificación del alma y lo mejor, es permanecer como inquilinos, no como propietarios, porque, inalmente, DIos es el único Dueño y Señor de todo, incluso, de lo temporal que podamos alcanzar. Gracias por e artículo, Mauricio. Bendiciones